Papá:
He pensado mucho en que ponerte en esta carta, porque realmente no sé como la podrás tomar. Hay una gran posibilidad que no la leas y que la botes, pero luego de todo lo que me has hecho, creo que lo conveniente sería que intentarás leerla.
¿Por dónde comenzar? Yo traté de hacer lo mejor que podía. Mi lugar de trabajo no era el que yo esperaba, pero trabajaba ahí para mantenerte a ti, a mi mamá y a mi hermana, entregaba ese sacrificio por ustedes, pagaba la renta y diversas cosas. ¿Por qué tuvo que cambiar todo? Ese día, el horrible día, cuando ustedes descubrieron que era un bicho, me ignoraron. Mi hermana era la que me cuidaba hasta cierto punto, y no ustedes. ¿Por qué papá, yo te apoyé mucho, porque me hiciste eso? Mi mamá trató de ayudarme, pero cuando menos lo pensaba, ya se había alejado.
¿Creen que fue fácil levantarme en ese cuerpo? En un minuto vi pasar todas las preocupaciones de la familia. No fue fácil aceptar que ese era yo, ese repugnante bicho era yo. ¿Por qué no se pusieron a pensar en cómo me sentía? Pensé que podíamos salir adelante, como una familia, apoyarnos el uno al otro y dejar ese suceso atrás.
Después de todo tú te pareces mucho a mí. Fuiste el único que no me ayudó y solo me trataste bien cuando era un humano y no cuando más te necesitaba. ¿Por qué? Eso es lo peor en una persona, que sea convenida, que solo hable con los demás cuando estos son útiles, pero yo no era cualquier persona, era tu hijo y no merecía ser tratado de tal manera.
Solo me queda decir que terminaste siendo Papá Bicho.
Cuídate y piensa al respecto.
Gregorio SAMSA
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